Estimulador medular

La teoría sugiere que el cuerpo puede inhibir estas señales de dolor o “cerrar la puerta” activando ciertas fibras nerviosas no nocivas en el asta dorsal de la médula espinal.

El sistema de neuroestimulación, implantado en el espacio epidural, estimula estas fibras nerviosas que inhiben el dolor, enmascarando la sensación de dolor con una sensación de hormigueo (parestesia).

La neuroestimulación puede ser el tratamiento adecuado para el tratamiento de ciertas afecciones de dolor crónico, que incluyen: síndrome de espalda fallida (FBS), síndrome de dolor regional complejo (CRPS) y aracnoiditis.

Un estimulador de la médula espinal es un método de manejo del dolor que envía impulsos eléctricos para impedir que el dolor se perciba en el cerebro. Se implanta quirúrgicamente un cable (cable pequeño) en el área de la columna que se cree que transmite el mensaje de dolor al cerebro.

El cable está conectado a una fuente de energía. Una corriente eléctrica de bajo nivel pasa a través del cable hasta la médula espinal, lo que interfiere con la señal de dolor específica e impide que el cerebro reciba la señal de dolor.

La estimulación se siente como una sensación de hormigueo. El paciente puede controlar el sistema encendiéndolo o apagándolo según sea necesario, o ajustando la intensidad. Primero se realiza una colocación temporal para evaluar la eficacia del dispositivo antes de la implantación no permanente. El procedimiento generalmente se realiza de forma ambulatoria y bajo anestesia local.